En la tarde del pasado viernes, 4 de julio, los costaleros de nuestra hermandad pusieron el broche de oro a un intenso curso cofrade con la organización de un animado torneo de fútbol. La cita congregó a más de cuarenta participantes, todos ellos hermanos y costaleros, en las instalaciones deportivas del Campus de Fuentenueva, que se llenaron de ilusión, compañerismo y buen humor.
El torneo se estructuró en dos emocionantes partidos: uno de clasificación y, a continuación, la gran final, junto con el siempre reñido encuentro por el tercer y cuarto puesto. Desde el pitido inicial, quedó patente que, más allá de la rivalidad deportiva, lo que verdaderamente importaba era compartir un buen rato y reforzar los lazos de fraternidad que nos unen.
El antiguo hermano mayor, Antonio Olivares, se encargó de arbitrar los encuentros con maestría y buen talante, demostrando una vez más su compromiso con la hermandad. Con el juego limpio como máxima de la jornada —apenas se mostraron un par de tarjetas amarillas—, los partidos discurrieron en un ambiente distendido y festivo, con jugadas memorables y mucho ánimo desde la “grada” improvisada de hermanos que no quisieron perderse el espectáculo.
Tras los partidos, la actividad continuó en nuestra casa de hermandad, donde disfrutamos de una agradable convivencia. La barra, atendida por voluntarios con su habitual entrega, ofreció refrescos, tapas y buena conversación. La recaudación obtenida se ha destinado íntegramente al presupuesto general de la cofradía, contribuyendo así a la labor y los proyectos que desarrollamos durante todo el año.
Fue, sin duda, una tarde de deporte, hermandad y alegría que ya esperamos repetir en futuras ediciones. Desde aquí, nuestro agradecimiento a todos los que participaron y colaboraron en la organización de este bonito evento.
¡Nos vemos en la siguiente!
